El café. Protagonista de las mañanas y las tardes. De desayunos rápidos y lentos. De reuniones familiares, con amigos o de trabajo. El café está instalado en nuestras vidas pero lo que muchos no saben es que si éste no es natural, lleva consigo un componente perjudicial para la salud que necesitamos tener bien lejos: el torrefacto.
”“Hay numerosas casas públicas donde se distribuye. En una de ellas se prepara el café de tal manera, que despierta la inteligencia de los que lo beben”.
Montesquieu
El café es una mezcla compleja de sustancias y entre ellas muchas tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y según un estudio actual del CIBER de Obesidad y Nutrición, adscritos al grupo de Medicina Preventiva en la Universidad de Navarra, aumenta la longevidad. Por tanto, no siempre todo lo que nos gusta mucho y está extendido en nuestra sociedad tiene un efecto negativo, como demuestra este estudio además de otras 200 publicaciones científicas más que hablan sobre los beneficios del café. Sin embargo no podemos decir lo mismo del torrefacto.
El café torrefacto es el producto obtenido al someter la semilla del cafeto (café verde) a la acción del calor añadiendo azúcar en la parte final del proceso, la cual sobrecarameliza formando una fina película encima de cada grano (dándole su color negro brillante característico). ¿Y por qué se torrefacta? Existen diferentes conclusiones, como que a los marineros hace siglos se les enranciaba el café con la humedad (y con el proceso del torrefactado duraba más tiempo) o porque en la posguerra el café era poco y de mala calidad y así se rentabilizaba (gracias al azúcar).
¡Stop torrefacto!
Especialistas de todo el mundo desaconsejan el consumo de alimentos quemados y el café torrefactado tiene en su composición aproximadamente un 20% de azúcar carbonizado. La alteración evidente de las propiedades nutricionales, así como la posible relación con el cáncer, son motivos suficientementemente importantes como para plantearse tomar café torrefactado. Sin embargo, debido a la desinformación y a la creencia popular de que cuanto más fuerte sabe el café mejor es, el torrefacto sigue siendo protagonista en nuestras vidas sin tener en cuenta que ese fuerte sabor proviene del azúcar quemado. Por otro lado, la preocupacíon por saber qué se come y el valor por lo natural va en aumento, y poco a poco el torrefacto va quedando en un segundo plano, aunque aún queda mucho por hacer.
En Julia apostamos por el café natural 100% porque queremos cuidar de la salud de nuestros clientes. ¿Y tú? ¿Ya has decidido apostar por lo natural? 🙂
¡Hasta luego saludables! 😀